A la hora de tomar la decisión de automatizar un almacén, muchos directivos se hacen esta pregunta por temor a que, pese a las ventajas objetivas de la implantación de procesos automatizados y robotizados, los operarios sientan amenazado su puesto de trabajo. Como veremos, el riesgo se diluye cuando se entiende que el cambio significa una estimulante oportunidad de crecimiento profesional.
La experiencia en grandes y pequeñas implantaciones demuestra que, lejos de verse sustituida por completo, la mano de obra humana es vital para el buen funcionamiento de los almacenes automatizados. No obstante, el papel que desempeñan las personas cambia a medida que se expande la automatización, creciendo la necesidad de cualificar a la mano de obra.
La supervisión humana de las operaciones es más técnica y mentalmente más estimulante. Se trata fundamentalmente de discernir y solucionar problemas en los procesos de los almacenes relacionados, por ejemplo, con el análisis de datos, utilizar sistemas de software y reparar robots cuando se averían. Los sistemas de automatización instalados en los almacenes son cada vez más avanzados, por lo que requieren responsables de proyectos, ingenieros de proyectos, ingenieros de software e ingenieros de control para que todo funcione correctamente.
Estas habilidades no son propias de los robots y deben ser proporcionadas por los trabajadores. Esto exige que los trabajadores dispongan de habilidades para llevarlas a cabo y las formas de conseguirlo son la capacitación del personal existente y la integración de nuevo talento profesional.
La conclusión es que sí es posible que se establezca una relación entre personas y robots que sea vista por los primeros como una oportunidad y no como una amenaza.
La automatización de los procesos del almacén es una necesidad imperativa para alcanzar la productividad y competitividad presente y futura de las empresas y una mejora real del entorno de trabajo y la seguridad de los operarios.
Más información sobre proyectos de almacenes automatizados.
