La volumetría es un aliado estratégico del sector logístico. La integración de la medición volumétrica dentro del proceso de recepción, clasificación, distribución y expedición puede acelerar y rentabilizar la operación.
La medición volumétrica permite conocer con precisión el volumen o cubicaje de los objetos o de la carga, calculado a partir de sus dimensiones máximas. Actualmente, los sistemas de medición volumétrica han alcanzado un nivel tecnológico que permite la medición de objetos irregulares, como puede ser una botella, además de los regulares, típicamente una caja. Así, el algoritmo de cálculo toma como referencia una forma cúbica conformada por las dimensiones de largo por ancho por alto máximas del objeto, con independencia de su figura. Los valores resultantes de dimensión, peso y volumen son decisivos para organizar de la forma más rápida y eficiente, y por supuesto menos costosa, el almacenamiento y el transporte (en especial el aéreo y la paquetería) de cargas.
Espacio es igual a dinero
Más allá de las cuestiones relacionadas con el control y la eficiencia operativa del proceso, que siempre suponen una ventaja competitiva y económica al operador logístico, tal vez la principal repercusión de la inversión en sistemas de volumetría procede de la racionalización del espacio de almacenaje y transporte. Optimizar estos espacios significa directamente reducir costes.
Integrado en el sistema de control de inventario y coordinado con la aplicación de control administrativo ERP, el sistema de volumetría permite optimizar varios procesos de la operación de almacén que de forma manual resultarían imposibles o, en el mejor de los casos, extremadamente laboriosos, poco fiables y costosos.
Actualmente, el grado de integración alcanzado facilita al operador una completa y valiosa información que no sólo se circunscribe al ámbito de la gestión administrativa (código de artículo, descripción del producto o cantidad, por ejemplo), sino también a sus dimensiones y pesos máximos, en cualquiera de sus posibilidades de embalaje: unidades, conjunto (caja) y subconjuntos (palet).
Por supuesto, el grado máximo de eficiencia en el ingreso de información al sistema se alcanza con procesos de medición automatizados.
Mejora de procesos
Las informaciones o datos que tradicionalmente requiere un sistema de control de inventario, como son las dimensiones y el peso de cada artículo, son también necesarias en otras aplicaciones. Sería el caso de las de slotting, para optimización de asignación de ubicaciones a productos de acuerdo con su rotación y otros factores, así como de construcción de tarimas (pallet builders), diseño de layouts de almacén, o reingeniería de operación, entre otros. Teniendo en cuenta esto, los proyectos de volumetría en los centros de distribución exigen una estrategia clara sobre los productos, artículos u objetos que deberán ser medidos, cuál será la metodología a seguir para hacerlo, cuáles serán los conjuntos y subconjuntos de empaque, integración de información complementaria como la validación de códigos de barras, el nivel de precisión necesaria y la forma en que se transmitirá todo este volumen de información al sistema de control de inventario. Una vez transmitidas las informaciones relativas a las dimensiones y pesos de los artículos al sistema y en dependencia de las características de este, se mejoran algunas de las principales funcionalidades, como son:
– Selección de tipo y tamaño de las unidades de transporte de acuerdo con las órdenes de suministro.
– Consolidación de órdenes para no sobrepasar una capacidad o peso máximos estándar del vehículo o medio de transporte.
– Selección del tamaño del contenedor o caja más adecuado.
– Criterios de selección de segregación en transportadores mecánicos del centro de distribución.
– Puntos de control de la calidad y seguridad basados en el peso.
– Mejor asignación de ubicaciones en la recepción de producto según las dimensiones y peso máximos permitidos para cada ubicación en función de los productos y sus características.
– Mejora en el desempeño de asignación de órdenes de suministro para no sobrepasar la capacidad de contenedores o cajas estandarizados.
Transporte aéreo y terrestre
Hasta no hace muchos años no había alternativa a la medición manual de las dimensiones volumétricas de una carga. Pero las nuevas necesidades del mercado en cuanto a conformidad, costes y plazos de suministro han obligado a toda la cadena a buscar nuevos modelos y soluciones para sus procesos. La logística del siglo XXI es menos manual y más tecnológica. La automatización de los procesos es imprescindible.
Fundamentalmente la medición volumétrica compara el peso real o bruto y el peso volumétrico, que como hemos dicho considera las dimensiones máximas de la carga, o bien genera una lista o manifiesto de la carga a ser transportada, generalmente por medio aéreo o terrestre.
En estos casos, y a diferencia de la gestión de mercancías que se realiza en un centro de distribución, en el transporte cada carga es única. Dicho de otro modo, cuando el operador se enfrenta a la organización y disposición de la carga tiene ante sí piezas diversas, singulares y únicas desde el punto de vista de dimensiones, pesos y formas. Entonces, cada paquete, caja y tarima debe ser medido y pesado de manera independiente, normalmente con independencia de cuál lado es el “largo” o cual lado es el “ancho” de manera formal, siempre y cuando se cuente con las tres dimensiones de la pieza. Recordemos que en un centro de distribución esta información sí es útil y por eso sigue un protocolo debidamente establecido y alineado con el sistema de control de inventario.
La medición volumétrica en las aplicaciones de transporte permite que de manera casi automática sean calculados los costos reales de transporte en función de dimensiones máximas, volumen, destino, peso bruto y volumétrico de cada paquete. Esto se traduce en la aplicación correcta de costes que beneficia tanto al operador como al contratista, pues unos cobrarán y otros pagaran en la justa medida, sin penalizaciones ni desvíos que hasta hace pocos años inevitablemente se acababan produciendo. A nivel administrativo se genera documentación en mostrador y recepción de carga que justifica fehacientemente los costes y el cargo.
Una segunda ventaja que aporta la medición volumétrica en el transporte es la auditoría de cubicaje y repesaje en línea. Esta funcionalidad hace posible auditar el correcto dimensionamiento de embarques en puntos de recolección remotos para dimensionar correctamente embarques y de este modo reducir costos por merma del espacio.
Por otra parte, en transporte aéreo se utiliza la volumetría para generar reportes de volumen y peso embarcados que facilitan el balanceo de peso en el avión, la oportuna precisión de información para los pilotos y un ágil manejo administrativo automatizado de las transacciones comerciales sobre los embarques realizados. Como normalmente en el transporte aéreo el tiempo disponible para medir y pesar la carga es limitado, la automatización de este proceso permite contar con la información precisa en tiempo y evitando costosas demoras en los procesos previos al embarque de la carga. El utilísimo documento resultante es el “manifiesto de carga”. Finalmente y no por ello menos relevante es el beneficio que se deriva del uso de sistemas de medición volumétrica para lo que se ha dado en llamar reingeniería de la estructura de tarifas de transporte. Al generarse un histórico preciso de la volumetría es posible analizar e interpretar la información con el punto de mira puesto en el diseño de rutas o la confección de las tarifas, tanto globales como personalizadas para la negociación con un solo cliente.
Información complementaria
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